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in¿Cuándo inicio su entrenamiento? 

Esta es una de las preguntas que más frecuentemente se hacen los propietarios de un perro. Es muy positivo que los dueños de un perro estén considerando en la opción de entrenarlo, eso nos habla de una persona responsable tanto con el perro como con la sociedad pero también sabemos de personas que adquirieron a su mascota y no consideraron este aspecto hasta que ya el perro se les ha convertido en un problema.

Si le parece bien, vamos por partes. Debemos tener claro que es lo que su perro necesita y puede dar y que es lo que usted espera de él. Nunca me cansaré de plantearle la importancia de hacer una buena selección de la raza, edad, género, línea de la que su perrito proviene. Si tenemos claro el tipo de perro que queremos, que necesitamos y que podemos tener (son tres cosas diferentes) será mucho más acertada nuestra elección.

Bueno, resulta que ya elegimos a la raza correcta, fuimos muy cuidadosos en la selección y nos preparamos para llevarlo a casa, hasta ahí todo va bien ahora solo nos falta que la convivencia y el trato diario sean los adecuados tanto para la mascota como para nosotros. Y es aquí, precisamente en este aspecto donde se pueden presentar conflictos si no se hacen las cosas correctamente.

No me podrá negar que cuando usted acaba de adquirir a su perrito, dentro de ese entusiasmo también va, por lo general, una muy buena dosis de tolerancia y muchas personas dejan que el cachorro haga prácticamente lo que se le da la gana y las razones que dan a esta actitud van desde el “es que está muy chiquito y todavía no sabe” hasta el “¡es que es tan lindo! (que por cierto, por muy bonito que sea no tiene nada que ver con que haga su voluntad todo el tiempo), o bien creer que cuando crezca y se le entrene todo va a cambiar, esto es algo con lo que también nos podemos llevar una sorpresa.

Veamos ahora lo que se puede y debe hacer con nuestro perro porque resulta que una cosa es la educación y otra el adiestramiento. La educación de nuestro perro comienza en mismo día en que llega a la casa y dentro de lo que mencionábamos de habernos preparado correctamente para recibirlo debemos incluir el que ya tenemos muy claro lo que el cachorro puede hacer y lo que no se le va a permitir. Por ejemplo: subirse a los muebles, pedir comida a la hora que ustedes estén comiendo, brincarles encima cuando entren o salgan de la casa, orinar y defecar en cualquier parte de la casa, morder zapatos, dejar sus croquetas a su alcance todo el día, dormir en el cuarto de ustedes o de sus hijos, etc. Aclaro que no le estoy imponiendo que esto sea bueno o malo, eso lo decide usted pero lo importante es que lo tenga claro para que le dé continuidad al manejo de su perro en casa y que después no se encuentre con que este tipo de comportamiento de su mascota ya se volvió un problema en casa pero no hay forma de corregirlo.

Así pues, cuando pensemos en educación es, básicamente, enseñarle buenos modales a su perro de manera que usted pueda convivir con él sin problema. Muchos propietarios no le han dado un adiestramiento “formal” a su perro, esto es, llevarlo a un grupo de entrenamiento o contratar los servicios de un adiestrador para que le enseñe trabajo de obediencia a su perro pero como se preocuparon por darle una buena educación a su mascota nos encontramos con que viven muy satisfechos con ese perro en casa.

Dentro de los aspectos que por lo general preocupan a los propietarios tenemos dudas tan frecuentes como: ¿Cómo le enseño a ir al baño en un solo lugar? Debemos tener definido el sitio desde antes que el perro llegue a casa y desde el día que llega se le lleva frecuentemente al lugar, le recuerdo que los cachorros orinan y defecan recién cuando se despiertan y también al poco rato de haber comido, así que lo ideal será llevar a nuestro perro a donde usted quiere que aprenda en cuanto se despierte y unos 20 minutos después de haber comido, además, si es un cachorro habrá que llevarlo continuamente al baño: después de haber jugado, tomado agua o simplemente cuando lo veamos olfateado el piso, al llevarlo le daremos una orden específica : “vamos al baño”, “haz pis”, etc. (usted decide la orden que va a utilizar) , la idea es que el perro aprenda el comando y sepa a qué sale, no va a salir a pasear, no está castigado, simplemente es el momento de ir al baño.

Muchas veces el dueño de la camada donde nació su perrito tuvo el cuidado de que al destetarlos les empezó a enseñar a salir para ir al baño o los acostumbró a hacerlo en periódico o en una superficie determinada, si tiene oportunidad, pregunte acerca de cómo los manejaban en ese aspecto, esto puede facilitar la tarea.

Si usted se da cuenta, si ponemos orden en la vida del perro las cosas pueden darse más fácilmente. Con esto me refiero a aspectos tan sencillos como que si le da de comer a sus horas y le retira el plato pasado un tiempo razonable (20 minutos son más que suficientes), por una parte esto le permite enseñarle al perro que usted es quien provee su alimento, esto es importante para la relación de jerarquía que debe establecerse entre ustedes además le organiza la digestión, no será un perro que coma todo el día y consecuentemente no será un perro que defeque todo el día así que enseñarle a ir al baño será más sencillo si establecemos un horario.

El riesgo que corremos si no atendemos el “asuntito” de aprender a ir al baño desde el principio será que él hará hábitos y por ejemplo puede decidir, ya que nadie le dijo lo contrario es que “su” baño está en la sala de la casa con el agravante de que como ha crecido, al paso de los meses, ya no es un cachorro que orine frecuentemente sino que ahora puede contenerse y esperar el momento en el que tenga acceso a la sala. Así vemos dueños desesperados porque sacan al perro incluso varias horas con la finalidad de que orine y defeque fuera sin ningún éxito y cuando ya no les queda más que regresar a casa, lo primero que hace el perro es ir a la sala y orinar.

Dentro de la educación de su perrito piense en aspectos de la vida diaria que usted quiere dejar bien claros, si no quiere que brinque encima de ustedes cuando los vea pues no se lo permita nunca, ni cuando sea cachorro. Lo que podemos hacer para disminuir el entusiasmo de nuestro amigo al vernos llegar es ignorarlo, ni siquiera hacer contacto visual con él, si él insiste en su actitud, usted lo rechazará con el cuerpo, girándose o levantando y doblando una rodilla, de manera que impide que pueda acercarse. El trabajo de obediencia es muy útil porque él ya habrá aprendido la palabra que le impide una acción (por lo general es la palabra NO) e inmediatamente después le da la orden de sentado, así el aprende que para que usted lo salude deberá estar en esa posición…si vuelve a querer brincar, se suspende el saludo y de nuevo se le ordena: NO, sentado.

Es muy interesante lo que puede pasar con esto de brincar encima de los dueños, resulta que si usted observa como los cachorros juegan entre ellos verá que uno de sus juegos favoritos es colocar sus manos sobre el lomo del hermano, incluso derribarlo y ponerse encima de él. Están jugando es cierto pero también están aprendiendo a someter al otro, de manera que si usted permite que el perrito brinque sobre su hijo pequeño le está dando la oportunidad de sentirse superior al niño.

 

Usted como adulto, quizá pueda rechazar al perro en un momento dado e incluso someterlo y controlarlo pero será mucho mejor si desde el primer intento se le limita esta conducta. Sería difícil enunciar cada actividad que puede representar un problema en la vida diaria con nuestro perro: escarbar la basura, robarse comida, morder ropa y zapatos de la familia, mordisquear las manos, cara o ropa de los niños, subirse a los muebles, etc. pero lo que debemos tener claro es que a la educación de su perro hay que darle continuidad. No espere a que crezca, no espere a cambiar de sala para querer cambiar los hábitos de su perro, recuerde que él hace hábitos con base a repetir una actividad y el no corregirlo al perro le significa que eso esta bien. ¿Usted tiene algún hábito no deseado que quisiera cambiar? ¿verdad que es difícil o que al final de cuentas no lo ha logrado?.

Obviamente las cosas se complican cuando llega a casa un perro que ya no es un cachorro, puede ser un ejemplar adulto que recibió buena educación y se adapta fácilmente a nuestra cotidianidad porque sólo tuvimos que mostrarle los sitios para cada cosa como donde dormir, comer, ir al baño, etc. pero puede ser que no sea este el caso y nos podemos topar con un perro que no tiene esos buenos hábitos que nosotros queremos, aquí lo que puede resultar a nuestro favor es que él llega a nuestra casa, a lo que para él significa “nuestro territorio” y si mostramos una actitud de líder ante él , esto es controlamos espacios, comida, juguetes, paseos, caricias, límites, etc. le estaremos mandando los mensajes claros de cómo se vive en ese lugar. Lamentablemente debo decirle que no siempre podemos esperar el cien por ciento de éxito en estos casos.

Ahora que si nos referimos al adiestramiento, estamos pensando en enseñarle comandos de manera que el perro sepa sentarse, caminar al paso, echarse, acudir al llamado, quedarse quieto, etc. A mí me gusta iniciar este trabajo con cachorros de cuatro meses y medio en adelante, las razones son tanto de índole práctico como etológico. Un perrito de esta edad ya es muy probable que haya concluido con su cuadro de vacunación, lo que nos da la tranquilidad de poderlo sacar a la calle e incluso ponerlo en contacto con otros perros, es un cachorro que ya fija su atención por más tiempo en algo concreto y tendrá mucho interés por descubrir y aprender cosas nuevas.

Por supuesto que no siempre las cosas se dan de la manera “ideal” que uno espera y puede ser que hayamos adquirido un perro de mayor edad o por cuestiones de salud del perro (por ejemplo una fractura o algún problema médico que no le permitiera mucha actividad física) no pudo iniciar cuando era más pequeño o sencillamente, el propietario no lo podía hacer y es hasta cuando el perro es un adulto que inicia esta actividad.

Podemos encontrarnos en este caso con ciertos aspectos que pueden complicar el adiestramiento, por ejemplo un perro adulto tiene ya conductas establecidas, ha madurado y si en su manejo diario, se le permitía hacer todo lo que quisiera y realmente es un perro que no tiene límites pues no sería difícil que ahora, cuando se intente darle un entrenamiento en donde específicamente se le da una orden esperando que la obedezca nos encontremos con que puede haber rebeldía o incluso confrontación por no querer obedecer. Y si lo vemos desde el punto de vista del perro es muy claro, si el ha vivido de manera tan agradable hasta ahora, ¿por qué tendría que cambiar esto?, un caso concreto y muy frecuente es cuando usted le ordena a su perro que se eche, al perro está posición le implica someterse y si no hemos trabajado bien la jerarquización sobre este perro pues es probable que no le agrade mucho la idea de empezar a hacerlo ahora. Ahora que si ese mismo ejemplar inicia su entrenamiento en una edad avanzada pero está educado, las cosas pueden resultar más fáciles ya que si el perro respeta a su dueño no le costará tanto trabajo aceptar órdenes de obediencia a realizar.

Las razones por las que uno, como propietario, puede estar interesado en adiestrar a su mascota son varias: tener un ejemplar más seguro, más obediente, utilizar la inteligencia del perro, trabajar de una manera positiva la jerarquización que se tiene sobre él, que comparta una actividad con sus dueños, que socialice correctamente con otros ejemplares y la lista podría seguir con base a cada uno de nosotros. Lo cierto es que cuando a un perro se le ha dedicado tiempo, cariño, trabajo, todo esto se nota, se nota en él y en su dueño, ambos lo disfrutan.

Así que cuando piense en tener un perro en casa, tenga muy clara la educación que desea darle, sea claro con sus límites pero también con los beneficios y privilegios que le serán concedidos al cachorro. Recuerde que la educación empieza desde el momento mismo que él llega a casa pero usted tendrá claro de antemano el manejo y se le dará continuidad y el adiestramiento, mientras más pronto mejor, a una edad en que su veterinario le ha protegido con la vacunación correspondiente, puede salir a la calle y se iniciará en una disciplina donde usted da la pauta de la mejor manera, disfrutando ambos del trabajo realizado.

Piense que si un perro sabe trabajar y sabe obedecer será mucho más placentera esa convivencia.

 

 

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