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M.V.Z. Bertha Molnar
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A principios del siglo XX, el biólogo alemán Jakob von Uexküll, propuso una teoría muy interesante: “Quien quiera entender la vida de un animal debe empezar por conocer su mundo subjetivo, su automundo. Esto es su UMWELT.Y consiste en saber cómo es la vida para ese animal.

 

El animal que puso de ejemplo Von Uexküll fue la garrapata. Uno podría imaginarse de muchas maneras la forma de vida de este parásito que ocasionalmente podemos encontrar en nuestros perros, causándonos gran preocupación. Podemos imaginar a la garrapata, agazapada entre las plantas, esperando ver a nuestro perro para atacar y alimentars√e de su sangre. Pero, ¿cómo ve el mundo la garrapata? Resulta que su vida esta enfocada en nacer, aparearse, comer y morir. Nacen, desarrollan sus patas y órganos sexuales en cuanto nacen, copulan y trepan por una planta hasta alcanzar un punto alto. La garrapata es ciega y los olores y sonidos que pueden haber a su alrededor no le alteran; solo existe un olor específico que la hace alertarse y es el ácido butírico (un ácido graso que tienen las criaturas de sangre caliente). Pues bien, la garrapata se queda esperando por tiempos incluso muy prolongados hasta que llega el olor para lanzarse hacia ese ser vivo. La piel de la garrapata es fotosensible, así pues detecta el calor del animal, clava sus mandíbulas para poder chupar la sangre y después de alimentarse una sola vez, cae, pone sus huevos y muere.

Seguramente después de leer esta breve descripción de la forma de vida de este parásito, lo veremos de una manera diferente. Así pues, la teoría de Von Uexküll resultó revolucionaria. Si queremos entender la vida de cualquier animal debemos conocer que cosas son significativas para él; qué puede percibir a través de sus sentidos; ¿cómo es el comportamiento de ese animal en el mundo?. Tenemos entonces que la percepción y la acción van a definir y delimitar el mundo específico de ese ser vivo. El UMWELT sería distinguir los elementos relevantes del mundo de ese animal.

Probablemente algunos de ustedes han participado en lo que llaman una meditación guiada. Una persona va dictando las indicaciones. Se les pide que se coloquen en una posición cómoda, que cierren los ojos y hagan una breve serie de respiraciones con la finalidad de relajarse y poder centrar la atención en lo que se les va diciendo.

Hoy me gustaría invitarlos a que hiciéramos algo parecido. Si tienen la oportunidad de que alguien vaya leyendo mientras los demás cierran los ojos y tratan de situarse lo más posible en las condiciones que marca el relato con la finalidad de descubrir el UMWELT de sus perros.

 

Comencemos: Tomen asiento y colóquense cómodamente. Cierren los ojos de una manera natural. Hagan ahora tres respiraciones profundas, en las que tanto la inhalación y la exhalación se realice de manera suave. Centren su atención en la voz que los guía…

“Vamos a iniciar por imaginarnos que podemos caminar como lo hace nuestro perro, viendo el mundo a la misma altura que él lo ve y articulando nuestras extremidades de manera que nos desplacemos seguros. Vamos a enfocar nuestra atención en lo que sentiremos a través del tacto. Imaginemos que nuestro cuerpo está cubierto de pelo como el de nuestro perro y que tenemos unos pelos táctiles que están principalmente en la cara y nos servirán para obtener información de los movimientos externos, presión, gravedad y estiramiento. Tenemos también receptores sensoriales en los músculos, las articulaciones y los tendones para saber la posición del cuerpo y los movimientos internos. Enfoquemos ahora nuestra atención en los bigotes, y los pelos más gruesos y largos que están arriba de los ojos, debajo del hocico y a los lados de la cara, todos ellos nos darán valiosa información sobre temperatura, orientación y para identificar objetos que se encuentren a nuestro paso. Los labios y la lengua también tienen una gran sensibilidad.

En la piel tenemos termo receptores que permiten detectar cambios en la temperatura, son más sensibles al calor que al frío. La zona más sensible para detectar pequeños cambios de temperatura es la nariz.

También a través del tacto podemos recibir información del dolor, esto a través del tejido corporal y que activa una respuesta de escape, de huida. La capacidad para percibir sensaciones como dolor, frío o calor varia de manera individual.

El sentido del tacto también servirá para que, siendo un cachorro pueda socializar con mi madre y hermanos de camada y posteriormente con otros perros.

 

A lo largo de la columna vertebral tenemos sensores táctiles, así que nos resulta muy placentero tumbarnos boca arriba y frotar la espalda en el suelo, el pasto, la alfombra. Otra parte bastante sensible al tacto son los cojinetes o almohadillas que tenemos en las patas, son duros por fuera para que sirvan de protección y por dentro tienen tejido elástico y grasa, de esa manera se absorbe el impacto cuando saltamos o caminamos y la grasa además funciona como aislante para temperaturas extremas. En los cojinetes tenemos muchas terminaciones nerviosas así que en esa parte del cuerpo tenemos también  gran sensibilidad.

Enfoquemos ahora nuestra atención hacia el sentido del gusto. En el perro no es un sentido muy desarrollado, tiene menos papilas gustativas que el ser humano. Podemos distinguir los sabores dulces, ácidos y amargos. No podemos distinguir el sabor salado. A pesar de que no podemos distinguir mucho entre los diferentes sabores  ¿por qué disfrutamos tanto lo que comemos? Porque nos atrae y estimula sobre todo, el olor de los alimentos, más adelante nos concentraremos en el sentido del olfato.

 

Pasemos ahora al sentido de la vista. Al momento de nacer, estoy ciego, mis párpados están sellados, alrededor de los 9-13 días podré comenzar a ver, serán figuras borrosas y poco a poco veré mejor. La vista tiene gran importancia para que podamos percibir algunos cambios importantes en el ambiente, para percibir mensajes, gestos y posturas que realicen otros animales o los seres humanos que estén a nuestro alrededor. Los perros vemos de una manera distinta a los humanos, vemos en tonos de azul y amarillo; no podemos distinguir bien las tonalidades de colores entre rojo y verde. Los objetos de color violeta, los percibo como azules; los que estén entre los tonos de rojo y amarillo, yo los veo amarillos; los objetos verdes o rojos, los veo en tonos de gris. También se me dificulta ver cosas que estén muy cerca de mi cara, necesito una distancia de unos 30 cms. aproximadamente para poder enfocar correctamente pero puedo ver muy bien a gran distancia un objeto en movimiento; mi campo visual es más amplio que el del humano, aproximadamente es de 250 grados en comparación con los 180 grados que tiene el hombre. Mi vista es excelente en la obscuridad.

 

Fijemos nuestra atención ahora en el sentido del oído. Tengo una gran capacidad para percibir sonidos que el ser humano no puede escuchar. Mi oído es tan agudo que puedo escuchar un sonido leve a más de 20 metros, puedo escuchar una tormenta que esté a kilómetros de distancia; aún cuando esté dormido, escucho y puedo reaccionar de inmediato ante el estímulo. Puedo escuchar y distinguir perfectamente los ladridos, gruñidos, gemidos, chillidos y aullidos, también soy muy sensible para poder distinguir los diferentes tonos de voz y puedo destacar el timbre de voz de alguien conocido que se encuentre entre una multitud. Tengo 17 músculos en las orejas que me permiten orientarlas para identificar fácilmente de donde proviene un sonido.

 

La manera más importante que tengo para percibir el mundo es a través de mi olfato, el cual es miles de veces más desarrollado que el de los humanos. Con mi olfato puedo orientarme y comunicarme. Gracias a mi olfato puedo desarrollar una memoria olfativa que me permite recordar personas, lugares, otros animales, objetos, alimentos y substancias. Cuando voy caminando, estoy recogiendo muchísima información acerca del entorno, de las personas, de otros animales; puedo por ejemplo, detectar cambios en el nivel de glucosa en la sangre de una persona; puedo reconocer diferentes tipos de cáncer, detectar un ataque de epilepsia hasta 45 minutos antes de que suceda; puedo detectar un embarazo en sus etapas iniciales y también cuando la persona está próxima a dar a luz; puedo oler los mínimos cambios en el aire, advirtiendo un desastre; puedo olfatear el miedo; puedo oler a grandes distancias cuando mis dueños están por llegar a casa; también puedo saber por mi olfato, si mi dueño ha estado cerca de otros perros y además puedo reconocer mucha información acerca de las características de esos perros; puedo ser entrenado para rescatar personas en desgracia guiándome por el olfato; puedo detectar substancias químicas, drogas, explosivos y muchas cosas más.

 

A través de mis sentidos obtengo una perspectiva muy clara del entorno y de cosas que incluso han sucedido tiempo atrás.

Ahora, inhala y exhala tres veces de nuevo, de manera profunda y tranquila, a tu ritmo. Poco a poco ve abriendo los ojos.

 Muchas gracias por haber visitado mi automundo.

 

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